Se espera el estadio Olímpico de Ciudad Juárez esté a rebosar, como en aquellos tiempos de Daniel Maleno Frías con los Indios.
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De esa liguilla hace ya 16 años, cuando los Indios se colaron hasta las semifinales, ahora, su equipo sucesor, los Bravos, quieren copiar esos pasos y meterse por primera vez en su historia a unos cuartos de final.
Pensamos en el presente y ese es Pumas, si queremos llegar más adelante tenemos que jugar con todo y ganarle a todos. Queremos cambiar el curso de la historia de Juárez”, mencionó el delantero colombiano Óscar Estupiñán.
Los Bravos de Juárez surgieron en el futbol mexicano a través de la mercadería. Compraron la franquicia de los Lobos de Puebla en 2019 y empezaron una construcción lenta como también dolorosa que sin la abolición del descenso no seguiría.
En seis años nunca clasificaron a la liguilla, hasta ahora que consiguieron con Martín Varini acceder a ella después de gastar 33 millones de euros en ese tiempo.
Pumas, que también han transitado en la pesadumbre, llegan al play-in con la mediocridad marcada en la frente. Consiguieron 21 puntos para el décimo sitio y gracias a que Chivas estuvo peor en el torneo.
Pumas, que corrieron a mitad de torneo a Gustavo Lema, creyeron que la efusividad de Efraín Juárez bastaría para sacar resultados, pero pronto se dieron cuenta que el problema futbolístico es más de fondo.
De ahí que lleguen a este duelo con el cuello apretado y con la intención de ser examinados, pues Juárez pidió a la directiva libertad total para decidir sobre quiénes se van o se quedan, sin que nadie más intervenga. Para ellos, es un duelo de vida o muerte.
BFG
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