
Malabarismo infame
La concepción de ciertas ideas de la década de los 60 y 70, acaso ingenuas pero adaptadas a un pensamiento razonado, se originaron cuando empezó el empleo de las centésimas de segundo y parecían aproximarse los récords a los límites del esfuerzo humano; se consideraba (en natación y atletismo) que la ruptura de las marcas mundiales y olímpicas podrían continuar la evolución, ensanchando el campo de centésimas a milésimas y diezmilésimas. La tecnología estaba en sus balbuceos y no se consideraba —aunque la imaginación llevará a la proyección de un salto de altura o de una carrera de 100 m planos en la Luna, fuese por el soviético Valeri Brúmel con la técnica del rodillo ventral (Fosbury no batió el RM de Brúmel) o el meteoro alemán Armin Hary y su sexto sentido para anticiparse al balazo de arranque, con registros muy por encima de los que los atletas señalasen en el planeta Tierra— que pudiese alcanzar los asombrosos RM que se presencian en el siglo XXI. Se conocían otros métodos empleados a fines de la XIX centuria. Uno impactó y conmovió al deporte universal con la muerte del pedalista danés Knud Enemark Jensen, de 24 años, en los JO de Roma 1960. Al principio se negó lo que arrojó la autopsia: el empleo de anfetaminas.
El miércoles 17 falleció Shawn Barber, de 29 años de edad, campeón de salto con garrocha en el XV Campeonato Mundial de 2015 en Pekín. No se divulgaron las causas. No corresponde al comunicador hacer conjeturas sobre el fallecimiento. No se desconoce que poco antes de los JO de Río de Janeiro 2016 se descubrió que había consumido sustancias prohibidas. Corresponde a la World Athletic y al Comité Olímpico Internacional intensificar la lucha sin fin y sin que jamás vaya a alcanzar el éxito de advertir a los jóvenes sobre las fatales consecuencias de emplear sustancias prohibidas. Los jóvenes (y adultos) no eligen ni deciden. Muchos de ellos incorporan, como si fuese un ritual, las costumbres de la tribu, de su entorno social, como fumar, imitan otras acciones y conductas. En países como México y otros se ha confundido el mensaje y caído en la trampa de promover con igual magnitud lo que se desea prohibir.
Recuerden la expresión de la Conade: Deporte sí, drogas no. No, no se trata de los colores agonales en armonía. WA y COI deben crear nuevos modelos de combate a la adicción y prevenir, con medidas más radicales, lo que implica enfrentar la hipocresía de Europa y Estados Unidos, que eluden y rompen las reglas al permitir, con receta médica, ciertos medicamentos con sustancias dopantes, que los favorecen sobre sus adversarios. Unos, dueños de los JO, y otros, con su enorme poder económico y político, han creado un descarado y cínico doble juego de pesos y medidas en el deporte mundial. “Lo tuyo es trampa, lo nuestro es una medida recomendada por nuestros médicos”. WA y COI deben dejar de engañarse. Terminar de tajo con el tendencioso malabarismo de la papa caliente que tienen en sus manos.
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