
Rey de los kalenjin
En la mente del keniano Kelvin Kiptum, rey de la tribu Kalenjin, dos fechas despiden el fulgor de la grandeza e inmortalidad deportiva. El lunes 11 de diciembre, en el Palacio del Príncipe de Mónaco, el maratonista y plusmarquista mundial (2 horas 00’35”) Kelvin Kiptum, de 24 años, recibió el honor de ser nombrado el primer ganador de Atleta Mundial del Año por la World Athletic (WA), en un emotivo y trascendente ceremonial en el que fueron distinguidos como figuras estelares del 2023 el sprinter estadunidense Noah Lyles, tres oros mundiales en Budapest; el pertiguista sueco Armand Mondo Duplantis, cuarto RM el último en 6.23 m en Eugene, Oregon, y tres mujeres: la keniana Faith Kipyegon, plusmarquista mundial en 1,500 (3’49”11) en Florencia y exRM en 5,000 (14’05”20”) en París; la triplista Yulimar Rojas, de Venezuela, cuatro oros en campeonatos mundiales, el último en forma dramática en su último salto en Budapest, y la etíope Tigist Assefa, RM en maratón: 2 horas, 11’53”, en Berlín. Por un momento dirijamos la atención a la carrera fulgurante de Kelvin Kiptum, que ha escrito con su zancadas aladas una de las historias más asombrosas del atletismo universal. Apenas en Valencia (12-04-2022) debutó en los 42,195 m y su cronometraje de 2:01”53 agitó la atmósfera del atletismo y modificó los cálculos y los presagios. Se colocó con el tercer registro de la historia, tan sólo superado por el astro que ha irradiado en los últimos años su compatriota Eliud Kipchoge, 2:01.09, y el legendario etíope Kenenisa Bekele, 2:01.41”. La inercia y iración sobre Kipchoge empezó a sacudirse y a parpadear su luz. Y más aún, cuando Kiptum, en su segunda carrera de maratón, en condiciones de lluvia, marcó en Londres 2:01.25, la segunda mejor marca de todos los tiempos. En el cielo, un nuevo valor volaba con rapidez meteórica en conjunción con la modernidad, la tecnología de las zapatillas y los entrenamientos en las alturas del Valle del Rift. El 25 de septiembre de 2022 se agigantaba la figura mítica de Kipchoge en el maratón de Berlín con el RM en 2:01.09, elevada a 17 el número de sus victorias en 19 actuaciones, incluso los oros olímpicos de Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020-21. En la extrapolación de trayectoria y coordenadas aparecían la ruptura de las dos horas y el tercer oro en JO, parecía que Kipchoge tenía a la mano demostrar la superioridad en tiempo y espacio sobre los míticos Abebe Bikila, de Etiopía (Tokio y Roma), y el polonés Waldemar Cierpinski (Montreal y Moscú). Acaso, aquel humilde niño pastor convertido ahora en el rey del maratón de la tribu Kalenjin, situada en la región oeste de Kenya, pulsa, desde que el 8 de octubre destrozó el RM en Chicago en 2:00.37, dos fechas: la del 14 de abril y la del 10 de agosto. En la primera, en Ámsterdam probablemente atacará la ruptura de las dos horas y en la segunda intentará el primer oro en los JO de París. ¿Cuál de las dos hazañas representa el punto cenital en las aspiraciones del atleta? Muchas cosas han cambiado, no así el tronco inmortal de la historia agonal de la antigua Grecia.
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