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Álvaro Díaz y Pedro Peirano, escritores de 31 Minutos y protagonistas detrás de las marionetas de Juan Carlos Bodoque y Tulio Triviño buscan darle la vuelta a las típicas películas navideñas.
La navidad, casi para todo el mundo, está asociada con objetos o conceptos en los que poca gente repara. El sombrero puntiagudo, la figura de Santaclós barbudo y blanco, el frío, la nieve, la soledad en algunos casos, todo eso que se retrata en cientos de películas decembrinas.
Pero en el cono sur, en muchos países cuando es invierno en el norte, abajo, es verano, es caluroso, se va a la playa, se hace un asado, o se anda por el campo. En esa diferencia fue donde surgió la idea a Pedro Peirano y Álvaro Díaz, creadores de 31 Minutos de crear un especial con el que los latinos se sintieran más representados.
Cuando empezamos a pensar en esto veíamos la ausencia que existía en nuestra infancia o incluso ahora, de una película navideña latinoamericana, calurosa, que no tiene necesariamente nieve, que no tiene pirineos, ni renos. O quizá los tiene, pero en otro contexto. Entonces sí queríamos mostrar una Navidad que se pareciera a la realidad del público latino”, explica Pedro Peirano a Excélsior.
Pero claro, aunque quisieron parodiar el arquetipo de las películas navideñas, no quisieron pasar por alto todos los buenos recursos que las hacen entrañables.
Obviamente hay que poner en peligro la Navidad, y hay que tratar de salvarla. Lo terrible en esta historia es que Bodoque le toca salvarla, o sea, al menos indicado”, adelanta Álvaro Díaz.
Ahí, con sus personajes reflexivos, profundos, sensibles pero tanto tan sensibles que llegan a ser absurdos y torpes comienza el humor, pero también en todos los elementos navideños descolocados.
Veremos a Santaclós vestido de con su traje rojo, pero con infinitos grados de calor y también hay renos, se usa la estética, pero no tiene ninguna correspondencia con el calor de las calles. Con ese primer chiste ya es un muy buen punto de partida”, siente Peirano.
Además, 31 Minutos siempre se ha caracterizado por tomar situaciones sociales, políticas o de cualquier índole de interés público y volverlo gracioso, y esta vez la idea de como recuperar esa identidad humorística les llegó solita.
Ese mismo calor de las calles nos dio para hablar del cambio climático, de cómo ha cambiado el clima, cómo han cambiado las realidades de nuestras propias ciudades y entornos, hace que ya sean muchos elementos de nuestra realidad inmediata, y que por esa misma realidad es por lo que hay que salvar la Navidad”, detalla Álvaro.
Sin embargo no buscan ser un panfleto, ni propaganda aleccionadora.
Se menciona, pero siempre en un contexto humorístico, sin tratar de dar consejos, sino que más bien proponer ideas para reír, o reflexionar. No es necesario para nosotros hacer algo político o directamente se trate de combatir el cambio climático, pero todos esos elementos existen, son cosas que corresponden a la realidad y que los niños ven todos los días y la gente, como siempre, ve a realidad reflejada en el show”, asegura Álvaro.
Calurosa Navidad llegará en noviembre próximo al catálogo de Prime Video, de acuerdo con el adelanto mostrado en el marco de la CCXPMX 2025, que se realizó hace dos fines de semana.
LO CORRECTO CAMBIA
Algo a lo que se enfrentan los creadores al hacer Calurosa Navidad, como cualquier humorista, es qué bromas hacen reír y cuáles no en determinados contextos, y actualmente deben ser más cuidadosos, asegura Peirano.
Evidentemente el humor es cada vez más complejo, se sigue restringiendo la paleta por razones muy entendibles, muchas veces y otras por razones tienden a ser todo cómodo, es decir, hacen que actualmente existan muchas cosas que alteran el humor y son definitivamente ofensas”, reflexiona el creador.
Entonces es más difícil, uno tiene que ser más cuidadoso, entender a quién está nombrando, por qué lo está haciendo, porque hoy un chiste tiene muchas repercusiones a través de las redes sociales, cualquier tipo de error y de exceso. Entonces, sí, efectivamente, dedicarse al humor es complejo, pero 31 Minutos tiene sus propios códigos también, a veces lo importante es que el humor no se piense tanto, que pierda gravedad porque, si uno está calculando todo no funciona nada”, añade Álvaro Díaz.
Ahí, en esa espontaneidad, es donde ambos escritores ven la posibilidad de que sus historias sigan penetrando en la actualidad.
31 Minutos es muy preciso en su humor. Es decir, si tenemos un chiste que fue inventado en el relajo o fue improvisado, eso tiene que ser realizado con el tiempo perfecto, con el plano idóneo, con los personajes específicos y las palabras exactas. Somos muy rigurosos en ser precisos. Y el humor va a seguir siendo así, el buen humor es preciso, tiene un ritmo exacto, tiene un momento, y bueno, evidentemente las condiciones cambian, pero nosotros seguimos atentos a eso que nos ha dado trabajo y a lo que nos dedicamos”, asegura Díaz.
-Jorge Emilio Sánchez
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