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Este martes 10 de junio, las protestas migrantes en Los Ángeles alcanzaron su quinto día consecutivo de movilización, con cientos de personas marchando por las principales avenidas del centro de la ciudad para exigir un alto a las deportaciones, el cierre de centros de detención y la regularización de migrantes indocumentados.
La jornada inició desde las 9:00 a.m. en la intersección de Temple Street y North Main, donde manifestantes se congregaron frente al edificio del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD).
La movilización continuó por Spring Street, bloqueando temporalmente el tráfico y generando fuerte presencia policial.
El movimiento, convocado por organizaciones como Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA) y Immigrant Youth Coalition, denunció el aumento de operativos migratorios en California y pidió reformas urgentes en la política migratoria federal.
Portaban pancartas con mensajes como "Ningún ser humano es ilegal" y "No más detenciones, no más deportaciones".
La protesta fue mayoritariamente pacífica, pero hacia el mediodía se registraron algunos enfrentamientos con agentes del orden cuando un grupo intentó ingresar a la sede local del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Nuevas detenciones en Los Ángeles
Según confirmó la oficina del Departamento de Policía de Los Ángeles, al menos 36 personas fueron detenidas durante la protesta de este martes, en su mayoría por desobediencia civil y bloqueo de espacios públicos sin autorización.
"Los arrestos se realizaron de manera controlada, tras múltiples advertencias a quienes interrumpían el a edificios gubernamentales y rutas de emergencia", informó el vocero del LAPD, el sargento Jonathan Caldwell, en una rueda de prensa al cierre de la jornada.
También afirmó que no se utilizaron métodos de dispersión agresivos y que todos los detenidos fueron tratados de acuerdo con los protocolos.
Entre los arrestados hay ocho activistas reconocidos de la comunidad migrante, incluyendo a la organizadora Valeria Muñoz, quien fue esposada frente a las cámaras mientras exigía "una respuesta concreta del alcalde y el fin de la colaboración local con ICE".
La oficina de prensa del ICE declaró que no participó directamente en las detenciones, pero reafirmó su compromiso con "la aplicación de la ley migratoria federal" y que "los individuos que violen normas locales y federales pueden estar sujetos a procesos istrativos".
Las organizaciones civiles denunciaron lo que consideran represión selectiva hacia los migrantes, incluso cuando se manifiestan de forma no violenta. “Hay una estrategia de amedrentamiento. Estas detenciones buscan infundir miedo en una comunidad ya vulnerada”, expresó Javier Hernández, director de la Red de Defensores Migrantes del Sur de California.
Protestas continuarán
Los organizadores aseguraron que las movilizaciones continuarán durante toda la semana, e incluso podrían extenderse hacia otras ciudades de California como San Diego y Sacramento.
Esto no se acaba aquí. Las familias migrantes merecen respeto, no persecución”, indicó Linda Rodríguez, portavoz de CHIRLA.
Por su parte, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, expresó en un comunicado que "si bien respetamos el derecho a la protesta, es esencial que estas acciones no pongan en riesgo la seguridad pública ni el funcionamiento de servicios esenciales". No hizo mención directa a las detenciones ni descartó activar un toque de queda.
Organizaciones internacionales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han solicitado al gobierno federal revisar los procedimientos de detención migratoria, señalando que en muchos casos se criminaliza la protesta pacífica.
En paralelo, se han difundido videos en redes sociales donde se observa a agentes uniformados empujando a manifestantes y arrastrando a algunos hacia vehículos oficiales, lo que podría generar más presión sobre las autoridades locales.
ORP
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