Punto de equilibrio

Expuestos
La observación electoral internacional se ha transformado en una herramienta indispensable para mejorar el desarrollo de la democracia en los últimos 30 años
Francisco Guerrero Aguirre
Vivimos en un mundo cada vez más expuesto al debate público y la controversia. La explosión mediática producida por las redes sociales no deja títere sin cabeza. Hasta los más poderosos pueden ser exhibidos en sus yerros y miserias. Nadie se salva. Aunque toma tiempo, la verdad siempre sale a relucir. La propaganda barata ha perdido efectividad.
Cada día conocemos historias que se difunden en las plataformas tecnológicas, que se han transformado en un medio ideal para construir todo tipo de narrativas. Ese ejercicio se da cada minuto, alimentando una máquina insaciable de información que tenemos que digerir a velocidades extraordinarias en tiempo récord.
Por fortuna para la transparencia y la rendición de cuentas, las elecciones no están exentas a la exposición pública. En un entorno cada vez más polarizado y proclive a la violencia, los estudios que miden la calidad de la democracia utilizan una variedad de indicadores y metodologías, incluyendo índices, análisis procedimentales y enfoques cualitativos.
Los indicadores más comunes incluyen derechos políticos y libertades civiles, Estado de derecho, participación democrática, responsabilidad y rendición de cuentas, así como la efectividad del gobierno y el control del poder político.
En la misma dirección, la observación electoral internacional se ha transformado en una herramienta indispensable para mejorar el desarrollo de la democracia en los últimos 30 años. Con mucho esfuerzo, lentamente se ha venido construyendo una corriente mundial de monitoreo electoral ciudadano y apartidista que moviliza a miles de observadores en cada ciclo electoral.
Dependiendo del contexto, la observación internacional involucra a los ciudadanos en el proceso electoral, impide el fraude, expone problemas e irregularidades; incrementa la confianza en el proceso y los resultados, y ofrece recomendaciones para mejorar el proceso para las siguientes elecciones.
En nuestro continente, por décadas, las Misiones de Observación Electoral de la OEA han ayudado a garantizar la integridad electoral y fortalecer la capacidad de la sociedad civil para promover la participación ciudadana, la defensa de políticas públicas y fomentar así la rendición de cuentas del gobierno dentro y fuera del ciclo electoral.
La observación internacional ha crecido de manera exponencial. Más de 200 organizaciones de observación electoral ciudadana de más de 80 países conforman la Red Mundial de Monitores Electorales (GNDEM, por sus siglas en inglés), creada en 2009. La GNDEM está unida bajo la Declaración de Principios Globales para la Observación y el Monitoreo Apartidista de Elecciones realizado por Organizaciones Ciudadanas, la cual fue promulgada por las Naciones Unidas en 2012 y ha tenido el respaldo de más de 254 grupos de observadores ciudadanos.
- BALANCE
Es práctica común que las Misiones de observación evalúen si una elección concuerda con los estándares internacionales y las buenas prácticas y que, de manera simultánea, se señalen recomendaciones específicas para el resto de la comunidad regional.
La experiencia de los últimos 10 años nos demuestra que los informes técnicos que presentan organizaciones como la OEA y la Unión Europea buscan, al final del día, mejorar el futuro y evitar que las malas experiencias “infecten” a los demás de sus respectivas comunidades.
No se puede tapar el sol con un dedo ni se puede iluminar todo el camino con una vela. Los gobiernos democráticos saben que, en un mundo interconectado por las redes sociales, están expuestos al escrutinio internacional. En materia democrática, la exposición pública es siempre una buena noticia. Sólo las dictaduras se resisten a la opinión de los demás.
Comparte en Redes Sociales