
El buen juez por su casa empieza
Hoy, el gobierno federal está sumido en una relación bilateral con nuestro vecino del norte profundamente negativa. Enfrentamos un arancel del 50% sobre el acero, otro del 25% a productos mexicanos que estén fuera del T-MEC y la amenaza de aumentar aún más el impuesto en las remesas. La istración de Morena, en lugar de generar apertura y la certeza jurídica que nuestro país requiere para poder crecer económicamente, decide hacer lo contrario
Max Cortázar
Una vez más, los migrantes mexicanos son el blanco favorito del presidente Donald Trump; primero, el impuesto de 3.5% en las remesas con intención de subirlo al 15% y, ahora, se suman las redadas en diversas entidades de Estados Unidos, principalmente en Los Ángeles, contra buenos mexicanos que aportan de manera importante a la economía de ese país.
- El gobierno de México, desde Palacio Nacional, alza la voz más; sin embargo, ¿dónde están el embajador Esteban Moctezuma y el canciller Juan Ramón de la Fuente? Mismos que han optado por la pasividad. Las oficinas diplomáticas mexicanas en Estados Unidos se han convertido en floreros han fracasado en su deber, que es defender los intereses de México, así como a nuestros paisanos.
Hoy, el gobierno federal está sumido en una relación bilateral con nuestro vecino del norte profundamente negativa. Enfrentamos un arancel del 50% sobre el acero, otro del 25% a productos mexicanos que estén fuera del T-MEC y la amenaza de aumentar aún más el impuesto en las remesas.
La istración de Morena, en lugar de generar apertura y la certeza jurídica que nuestro país requiere para poder crecer económicamente, decide hacer lo contrario. Ahí está el ejemplo de la elección en el sistema judicial que no sólo fue una simulación, sino que tendrá graves daños en la economía de nuestro país, ya que es prácticamente imposible que los inversionistas internacionales se arriesguen a poner un peso en México.
No conformes con eso, insisten en seguir manteniendo las obras faraónicas de López Obrador, que no sólo no sirven para nada, sino que seguimos pagando todos los mexicanos, como lo presentó un medio de circulación nacional, donde el famoso Tren Maya tendrá un subsidio de 45 mil millones de pesos al año. Yo me pregunto cuántos medicamentos se podrían comprar para poder atender las necesidades que tanto tienen las familias mexicanas.
Deben dejar de gastar en proyectos estúpidos que le han costado miles de millones de pesos a los mexicanos.
No se puede seguir gobernando desde la propaganda; mucho se queja el gobierno de las acciones de Donald Trump, pero no se dan cuenta que en los últimos siete años han hecho exactamente lo mismo: tratar de dividir al pueblo de México.
Hoy somos una sociedad rota, enfrentada y abandonada. Si la presidenta Claudia Sheinbaum quiere un cambio de verdad tiene que empezar por romper con el legado más tóxico de su antecesor: la polarización como estrategia de gobierno.
- México no necesita más discursos. Necesita un gobierno que deje de polarizar y que empiece desde adentro para después ir hacia afuera.
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