Leila, la gatita que sobrevivió 23 días bajo tierra bebiendo cerveza y bichos

Una familia británica vivió días de angustia tras descubrir que su querida mascota había desaparecido sin dejar rastro. Comenzaron entonces una frenética búsqueda contrarreloj para encontrar a su gatita “Leila”, de 11 años, quien no daba señales de estar cerca y ni siquiera había sido vista por los vecinos.

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Ben Smith, dueño de Leila y de 83 años, sospechaba que la curiosa gatita había desaparecido tras colarse bajo el suelo descubierto de la casa de un vecino que realizaba obras de renovación en Deal, Kent (Reino Unido). Posiblemente quedó atrapada sin que nadie se diera cuenta, o bien se desorientó y no supo cómo regresar.

Con la ayuda de familiares y amigos, Ben colocó carteles en el vecindario en un intento desesperado por encontrarla. Incluso contrataron a un detective especializado en animales, pero no lograron dar con su paradero, lo que llenó a la familia de tristeza y desesperanza.

Leila reaparece sana y salva tras 23 días desaparecida

Cuando ya casi habían perdido la esperanza, los vecinos escucharon maullidos provenientes del subsuelo. De inmediato, comenzaron a hacer un agujero en el suelo y, para sorpresa de todos, encontraron a la gatita... ¡junto a una lata abierta de cerveza sa!

Leila había estado desaparecida durante 23 días. Se cree que logró sobrevivir bebiendo cerveza y alimentándose de insectos e incluso pequeños mamíferos. Esto, junto con el agua condensada de las tuberías, habría sido suficiente para mantenerla con vida.

Kelly Cooper, hija de Ben, explicó:

 “Se encontró una lata de cerveza medio vacía y nos preguntamos si había tomado algunos sorbos. También pudo haber comido pequeños mamíferos, como ratones, o insectos, y posiblemente bebido agua condensada de las tuberías… Nunca sabremos con certeza cómo logró sobrevivir tanto tiempo.”

Tras rescatarla, la llevaron de inmediato al veterinario, donde descubrieron que había perdido un tercio de su peso. Se sospecha que los ruidos de la construcción pudieron haber ahogado sus maullidos, impidiendo que la encontraran antes.

Una vez que terminaron las obras, los vecinos escucharon nuevamente sus llamados y perforaron un agujero de un metro cuadrado para rescatar a Leila, una gata de una exótica raza de pelo corto.

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Ben celebró con emoción el regreso de su compañera fiel, quien ha sido su apoyo en la vejez y con quien comparte largas tardes contemplando el paisaje.

 “Estoy eufórico, muy feliz de tenerla de vuelta”, expresó conmovido.

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*brc