Expresiones

Mario de la Piedra (1991) desmonta el mito del artista atormentado

El médico analiza, desde la neurociencia, cómo funciona el cerebro de los creadores y la relación de su obra con la enfermedad mental

Virginia Bautista |
Mario de la Piedra, médico y ensayista.
Mario de la Piedra recorre las vidas y padecimientos de Virginia Woolf, Jorge Luis Borges, Frida Kahlo y Vincent van Gogh. Foto: Cortesía Editorial Debate.
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¿Qué es un genio creativo? ¿Cómo funciona el cerebro de los artistas? ¿Qué relación existe entre su obra y las alteraciones neurológicas? Éstos son los temas que aborda, desde la neurociencia, el ensayista mexicano Mario de la Piedra Walter (1991) en su libro Mentes geniales (Debate).

A través de un recorrido, que va desde las pinturas rupestres hasta las obras de artistas marginales del siglo XX, el autor construye una historia cultural de la mente creadora. Recorre las vidas y padecimientos de figuras como Virginia Woolf, Jorge Luis Borges, Frida Kahlo, Vincent van Gogh o Andy Warhol, entre otros.

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Aristóteles decía que no hay mente genial sin una pizca de locura. Creo que hemos generado la idea del artista que tiene que sufrir para poder crear su obra. Quise desmontar este mito, porque finalmente las enfermedades mentales son relativamente comunes: una de cada ocho personas las tiene y no todos los creadores las padecen”, explica en entrevista.

Los artistas que exploro no fueron geniales por haber tenido una patología, una enfermedad, sino por haber creado a pesar de ella; es decir, supieron aprovechar esa condición para confeccionar su arte”, agrega.

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TÍTULO: Mentes geniales
AUTOR: Mario de la Piedra
EDITORIAL: Debate, México, 2025; 255 pp.

El médico egresado de la Universidad La Salle define a la mente creativa como “alguien que no sólo tiene una idea novedosa, ya sea en materia artística o estilística, sino una persona que logra trascender. Esto significa también conectar con los otros, tener la capacidad de transmitir su mundo y crear empatía”.

En este ensayo se hurga desde la epilepsia de Dostoievski hasta la sinestesia de Liszt, pasando por la esquizofrenia, el trastorno bipolar, el estrés postraumático o el uso de psicodélicos.

Abre un diálogo entre la biología y la estética, la fragilidad mental y la potencia artística. Es también una defensa del arte como instrumento de interpretación del mundo: no una copia de la realidad, sino una radiografía de cómo la percibimos”, indica.

DE LA PIEDRA DESTACA EL CAPÍTULO SOBRE LA DEPRESIÓN Y EL SUICIDIO

Quien estudió un máster en Neurociencias en la Universidad de Bremen (Alemania) busca “explorar que hay distintas formas de procesar la información y reinterpretar el mundo. Eso es lo que le da riqueza al arte y a la existencia humana”.

Destaca el capítulo sobre la depresión y el suicidio. “Exploro las tres más grandes escritoras en lengua inglesa del siglo XX: Sexton, Woolf y Sylvia Plath, que se suicidaron. En esto también influye el contexto, pues somos unidades biológicas y sociales. Vivieron el machismo, el patriarcado, las tres sufrieron de abuso, tuvieron problemas con la figura paterna”.

Y concluye que “la ciencia es la poesía del mundo y la poesía es la ciencia de la existencia. No creo en la falsa división entre ciencia y arte. Entender la ciencia es entender lo poético que puede llegar a ser el mundo”.

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*mcam

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