Expresiones

'Tela de sevoya', el viaje entre lenguas, memorias y pérdidas de Myriam Moscona

La escritora reedita su primera novela, en la que cohabitan el español y el ladino; presenta la traducción al francés

Virginia Bautista |
Foto: Cortesía Tusquets
Foto: Cortesía Tusquets
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En la frontera entre el recuerdo y el olvido, entre el sueño y la vigilia, entre el español actual y el ladino del siglo XV, la novela Tela de sevoya de Myriam Moscona (1955) busca una nueva generación de lectores. “Los libros no son sin esa otra parte de la interlocución”, dice la poeta y narradora.

Publicada en 2012 y ganadora del Premio Xavier Villaurrutia, Tusquets acaba de reeditar esta historia, con la que Moscona se inauguró en el género largo, que hurga en la relación entre “una abuela agria y malhumorada” y su nieta.

Tela de sevoya es muy importante para mí, porque es un libro de muchos descubrimientos. El primero fue la forma en que uno se muerde la lengua con el famoso ‘yo nunca voy a escribir tal cosa’ y acabas haciéndolo.

Decía que nunca iba a escribir narrativa. No porque no me interesara, sino porque, viniendo de la tradición de la poesía, no pensé que pudiera tener abierto y activo otro chip. Aunque siempre fui lectora de novelas”, comenta en entrevista la escritora de 70 años.

Otro descubrimiento, detalla, fue la influencia en su obra de la extensa novela En busca del tiempo perdido, del francés Marcel Proust (1871-1922).

Es el faro que alumbró este libro. En esos años, me metí a un seminario universitario, con Luz Aurora Pimentel, experta en Prust. Acudí todos los lunes durante 11 años. Fue un acompañamiento natural. Me marcó su forma de abordar temas como la memoria y el tiempo”, afirma.

La también periodista cultural agrega que dar vida a Tela de sevoya fue una sorpresa. “Nació de la suerte de haber tenido la Beca Guggenheim; y con ese apoyo viajé a Bulgaria, la tierra natal de mi familia. Ellos llegaron a México en 1951, murieron fuera de tiempo y nunca regresaron.

Para mí, haber ido en su representación fue muy sacudidor y, literariamente hablando, fue esa piedra de toque que me llevó del proyecto de escribir un libro de poesía en ladino (lengua que nació a finales del siglo XV tras la expulsión de los judíos de España) a la enorme sorpresa de la narrativa”, confiesa.

La autora de una decena de poemarios y una segunda novela, León de Lidia (2022), reconoce que Tela de sevoya posee un ángel propio y motorizado. “No tengo agente, ni he tenido nunca. Esta novela se ha ido abriendo puertas solita. Su primera traducción fue al inglés, después al italiano y ahora voy a Francia a presentar la versión en francés, que lleva un título diferente, Las sombras cosidas, a sugerencia del editor”.

Aclara que es la primera vez que Tela de sevoya existe como audiolibro. “Está narrado sólo por mí. No me gustan los libros grabados por actores. Además, había que hacer la voz del ladino, que está trabajado como un personaje que atraviesa de principio a fin los capítulos”.

Moscona está abierta a hacer una tercera novela. “Me gusta escribir narrativa, aunque la poesía es la maestra para mí, es lo más exigente que hay”.

Y adelanta que acaba de terminar su nuevo poemario. “Tiene que ver con la pérdida de mi casa, en el sismo de 2017. Es un hachazo que te divide en dos. Descubrí que soy la tercera de mi línea materna en haber perdido su casa. Mi pérdida se debió a una causa de la naturaleza; pero, en el caso de mi madre y mi abuela, fue por un sacudimiento más grave, el de las guerras”.

 

cva

 

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