:quality(75)/media/pictures/2025/05/12/3305828.jpg)
En los últimos 18 años, Liza Deyanira Baños Marín ha enfrentado tres catástrofes que la han fortalecido como enfermera general clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Durante 2009, atendió a pacientes en la epidemia de influenza AH1N1, donde aprendió la importancia del aislamiento y la necesidad de impulsar las medidas de higiene para evitar contagiarse.
En 2017 enfrentó la desolación que dejó el sismo en diversas zonas de la Ciudad de México atendiendo a niños lesionados por quemaduras. Y hace 5 años, formó parte de la primera línea de batalla durante la emergencia sanitaria cuando el Hospital General Regional (HGR) No. 2 del IMSS donde labora al sur de la Ciudad de México se transformó en Unidad Covid.
“Fue una experiencia muy complicada para todos los que laboramos en esta unidad médica. Por la infraestructura fuimos designados hospital covid y gracias al trabajo en equipo fuimos muy fuertes.
“Yo me acuerdo que decíamos que teníamos miedo de entrar, no conocíamos bien la enfermedad, teníamos miedo de contagiarnos, de contagiar a nuestras familias, pero el miedo se quitaba al pasar la primera puerta de aislamiento porque sabíamos que teníamos que estar concentrados y centrados en la atención del paciente. Y afortunadamente durante esa etapa no me contagie de covid”, compartió .
SU AMOR AL PRÓJIMO LA IMPULSÓ A CAPACITARSE
A sus 51 años de edad, Liza Deyanira forma parte de los más de 620 mil profesionistas que de acuerdo al INEGI, trabajan en el área de la enfermería en todo el país, donde el 79% son mujeres.
Y en el Día Internacional de la Enfermería que se conmemora el 12 de mayo, Liza Deyanira Baños señaló en entrevista con Excélsior que inició su carrera como asistente médico y posteriormente fue auxiliar de enfermera.
Su amor al prójimo y su disciplina la llevó a titularse como licenciada en enfermería y obstetricia, con lo cual, obtuvo el grado de enfermera general clínica en el Seguro Social.
“Además de estudiar y prepararte para dar la mejor atención como enfermera o enfermero,debes sentir amor por lo que haces y amor al prójimo.
“Yo te podría decir que me gustan muchas cosas de mi profesión, pero el plus y lo que más disfruto es el agradecimiento de los pacientes que vemos recuperarse. De la alegría que vemos en los rostros de los familiares cuando se van a casa y que te agradezcan que hayas cuidado a sus seres queridos”, indicó la enfermera del Seguro Social.
Liza Deyanira tiene 2 hijas, 3 nietos y actualmente vive con su esposo. Señala que gracias a la comprensión de toda su familia ha podido consolidar su trabajo como enfermera, lo cual, considera su pasión.
Explicó que las horas que ha pasado lejos de sus seres queridos, no las ve como un sacrificio, sino como un compromiso con sus pacientes
“Mis hijas están muy acostumbradas a que si mamá no puede estar en navidad, si mamá no puede estar en año nuevo, la celebración se hace otro día.
“El diez de mayo no lo festejamos porque a mamá le tocó muchos años trabajarlo, pero no pasa nada porque hay otros días que podemos abrazarnos, besarnos y convivir, lo importante es que nos queremos, incluso a mis nietos les ha tocado que la abuela no esté para los cumpleaños, porque estoy consciente de que si se requiere quedarse más tiempo dentro del trabajo nos quedamos”.
“¿Ha valido la pena hacer este sacrificio? Yo no lo veo como un sacrificio para mi, es parte de mi responsabilidad, parte de ser enfermero y me gusta porque nunca me ha pesado mi trabajo, es mi pasión”, señaló la enfermera Liza Deyanira Baños Marín.
Comparte en Redes Sociales